Page 8 - el arcoíris se oculta en Sevilla
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—Déjame leer la nota de marras —pidió Ramírez
alargando la mano.
—Toma.
El inspector sostuvo el papel en sus manos y leyó en voz
alta el objeto y motivo de la citación.
«Conocer últimos detalles de la investigación antes de
decidir pedir ayuda a Policía de Madrid».
—¡La madre que la parió! ¿Es que no sabe quedarse
quietecita y esperar a que los demás puedan trabajar con la
tranquilidad que el caso requiere? —añadió el inspector
tendiendo la mano para devolver la nota a su jefe.
—Te dije que no pararía de tocarnos las pelotas.
—¿Es que no tiene ningún mancebo que nos la mantenga
entretenida?
—Lo tiene y además puedo asegurarte que es una
persona excelente. Le conozco muy bien. Es un gran tipo.
—Pero al parecer esa jueza tiene una fijación contigo.
—Ya te conté lo que ocurrió en el desgraciado accidente
de Cristina, mi mujer. Yo creo que ella me hace responsable
de su muerte. Lo de la mala praxis es solo una excusa para
hacérmela pagar.
—¡Pero ya han pasado más de siete años!